Experimento: una posible solución para armar un gobierno exitoso en Argentina
La Argentina es el país que fue relevante y no es mas relevante. Hace casi un siglo era la octava potencia económica mundial y desde entonces no hace otra cosa que bajar en el ranking. Argentina es uno de los pocos países del mundo en el que en general los abuelos vivían mejor que los padres y los padres mejor que los hijos. Que fue del primer mundo al tercer mundo. Además y aún más importante la Argentina no solo era un país rico sino equitativo, ahora la desigualdad es enorme, la clase media se está evaporando. Hay algunos nuevos ricos y muchos nuevos pobres. Durante mi infancia la salud pública funcionaba, la educación pública también, se circulaba con seguridad. Ahora los que pueden se encierran en los tristes “barrios cerrados” los demás tienen servicios que dan pena. Pero dentro de este incesante camino al descenso hay un diagnóstico que se escucha una y otra vez. Que el problema de Argentina es su clase dirigente, concretamente sus gobernantes quienes son generalmente considerados corruptos, ineptos, o las dos cosas pero con raras excepciones, capaces y honestos. Esto no es de sorprender porque gente entrenada entre corruptos y ineptos termina siendo corrupta e inepta y la cadena se perpetua. Ahora si este es el diagnóstico lo que sigue es una propuesta de solución, lo llamo el Ex Perimento. En instantes sabrás por qué.
La idea es sencilla. Acudir al Club de Madrid. El Club de Madrid, es una fantástica organización que aglutina a los mejores ex presidentes del mundo. El único argentino aceptado fue Alfonsín. Los demás fueron considerados demasiado corruptos o ineptos como para ser miembros. El criterio de selección del Club de Madrid es que el miembro sea un ex Presidente que le hizo bien a su país. El Club de Madrid se ocupa de asesorar países en temas concretos en los que los ex presidentes trabajan ad honorem. Martti Ahtisaari, ex presidente de Finlandia y ganador del premio Nobel de la Paz del año 2008 es un gran ejemplo. Su trabajo en resolución de conflictos es conocido mundialmente.
Pero en el caso de la Argentina yo iría más lejos que contratar la ayuda del Club de Madrid. Mi propuesta es darle a un exitoso ex presidente de otro país la oportunidad de ser presidente de Argentina y liderar un esfuerzo generacional para crear una nueva clase política. Concretamente primero habría que hacer legal que los ex presidentes de otros países se presenten en las elecciones argentinas compitiendo con candidatos argentinos cuya mediocridad saltaría a la vista. Ahora que Francisco de Narvaez quiere que saquen eso de que un presidente argentino tiene que haber nacido en Argentina, algo muy razonable por cierto ya que queremos el mejor no el que nació en Argentina, se podría aprobar la medida para Francisco o para cualquiera. Los presidentes ya no tienen que ser católicos, ahora haremos que no tengan que ser argentinos. Simplemente tienen que ser elegidos por el pueblo que es lo más importante. Luego asumiendo que este ex presidente gana las elecciones se le deja elegir a todos sus cuadros entre voluntarios de los ex gobernantes del mundo que a su vez formarán con tiempo una nueva clase dirigente argentina. Aunque no habría prohibición de tomar ministros y secretarios argentinos se espera que este nuevo presidente traerá ex ministros y secretarios que sean líderes globales en cada una de sus materias: salud, educación, comercio exterior, finanzas, economía, vivienda, urbanismo y otros temas claves. Además todo esto representaría un gran ahorro al tesoro argentino porque esta gente cobra sus pensiones que en Europa son razonables y no necesitarían sueldos.
Esto es lo que llamo el Ex perimento para el futuro de la Argentina. Una utopía probablemente, pero sirve para pensar. También por supuesto un candidato argentino podría ir al Club de Madrid, ser elegido y armar su gobierno con ministros y secretarios entre los más calificados del mundo. Esto sería más fácil de implementar. Pero dudo que un argentino que pueda llegar a ser presidente tenga la humildad para decir que lo mejor que podemos tener en temas de gobierno en Argentina es gente formada y con experiencia en otros paises. Pero por rara que suena esta idea la Argentina es un país de inmigrantes. Es un país de extranjeros, es un país globalizado, y si las empresas deciden quienes son sus altos ejecutivos sin tener en cuenta su nacionalidad por qué no hacer lo mismo para el gobierno argentino.
Termino con una anécdota. Un argentino amigo mío, Gabriel Sanchez Zinny, cuando ni siquiera tenía la tarjeta de residencia en Estados Unidos, fue contratado por el gobierno norteamericano para dirigir el “Human Trafficking Program” simplemente porque resultó ser el mejor candidato. El gobernador actual de California, el famoso Arnold Schwarzenegger, es un austríaco. En fin, creo que es hora de aceptar que los argentinos probamos gobernarnos y siempre nos fue mal y darle una oportunidad a los mejores del mundo. Personalmente estoy convencido que un gran equipo de gestores haría de Argentina una Australia en una generación.